Microcuento de humor sobre personas que quieren morir... pero les cuesta trabajo... |
Allí estaban todos ellos: el hombre que intentó reventarse con una bombona de gas butano vacía, el que se arrojó al mar justo en la zona en la que los voluntarios de la Cruz Roja realizaban sus prácticas, el que se tomó sesenta píldoras laxantes pensando que eran somníferos, el que se disparó en la sien con aquella pistola de fogueo con la que lo timaron, el que se intentó electrocutar cinco segundos después de que cortaran el suministro eléctrico… Todos discutiendo sobre su inutilidad, sobre lo injusto que era que la gente muriera sin desearlo y ellos no pudieran hacerlo.
De repente, alguien irrumpió en la
habitación seguido de un tremendo portazo; era el hombre que se arrojó delante
del coche que llevaba el prototipo del sistema F.E.S. (Frenazo En Seco).
–¡Ya tengo la solución! –dijo al
tiempo que depositaba una enorme bolsa de deportes sobre la mesa situada en el
centro de la habitación.
Una vez la abrió, todos pudieron
contemplar un gran número de cartuchos de dinamita apilados como sardinas
dentro de una lata.
–¡Que alguien me pase un mechero!
–dijo el recién llegado.
Al día siguiente, ningún periódico
hablaba de explosiones, ni muertos, ni nada parecido; sólo había una breve
reseña, en las páginas de sucesos de un diario menor, cuyo encabezamiento era:
“Robado material de atrezzo de una productora cinematográfica durante su
traslado ayer tarde por las calles de la ciudad. Las autoridades policiales
parecen no tener pistas sobre el autor o autores del delito”.
2 comentarios:
Jajaja, unos cachondos.
En el fondo de la habitación estaban el que se apretó muy fuerte las cordoneras de los zapatos a ver si le estallaba la cabeza (copyright Gomaespuma) y el que lanzó una flecha hacia arriba para ver si al caer le atravesaba (basado en hechos reales, de una partida de rol que jugué hace como 20 años).
Buen micro.
Nos leemos.
También falta el que se tiró de un bajo, pero es que a ése le daba vergüenza que la gente supiera lo suyo, jejejeje...
Gracias por pasarte, socio.
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