Vuelven las sesiones de terapia a la consulta, vuelve
El test de Rorschach-Perring, y para abrir esta nueva temporada de entrevistas
atípicas tenemos ni más ni menos que a Daniel Pérez Navarro, también conocido
como Daniel Mobymelville, o Gandalf, según donde te hayas cruzado con él. Aquí
va su presentación, y luego, el test:
Nací
en el vientre de una ballena. Allí me obligaron a estudiar medicina. En los
ratos libres leía y escuchaba el canto de la puta ballena. Cuando escapé, había
rebasado la treintena. Me puse entonces a escribir. He publicado en antologías,
revistas y periódicos. El primer libro salió en 2009 y trataba de una ballena,
claro. Después han llegado otros.
A raíz de la
lectura de un misterioso documento, descubres la forma de hipnotizar a la gente
con sólo una mirada a los ojos. ¿Utilizas tu nueva habilidad para el bien o
para el mal? ¿Algún detalle de lo que harías?
Si pudiera hipnotizar a la gente,
primero buscaría a la Viuda Negra y a la Eva Green de 007. Luego entraría en el
Santander.
El nuevo
gobierno mundial, dentro de su programa de intercambio con el resto de
civilizaciones recién descubiertas de nuestra galaxia, te ha seleccionado para
recibir a un estudiante de otro planeta, decide qué cinco símbolos, monumentos,
trabajos, lugares… o lo que sea, le muestras para que se lleve una impresión
más o menos fidedigna de lo que somos en este planeta.
Primero dormir a la pata suelta.
Luego un desayuno que incluya té, tostadas con mantequilla, tarta de zanahoria
y huevos revueltos. Lo siguiente sería una experiencia multiorgasmo. Ducharse y
vestirse con Mozart. Por último, salir a pasear mientras hay sol.
Según ciertas
personas, hay lecturas que entran mejor con la música adecuada; nombra cinco
obras literarias y la composición musical que mejor acompañaría cada lectura.
Los relatos de Lovecraft con
cualquier obra de Scelsi. Meridiano de sangre de McCarthy como hicieron los
Coen: silencio seco, sólo ruido ambiental. Luz de agosto de Faulkner es el
Anillo de Wagner. Cualquier obra de Cela es una canción de El Fary. Los relatos
de Kafka son los cuartetos de Shostakovich.
Como en El
Enano Rojo, despiertas de un largo sueño criogénico muchos años después de la
desaparición del planeta Tierra. Aún te queda media vida por vivir, y el
ordenador central, por aquello de ayudarte a mantener la cordura, te ofrece la
posibilidad de, a falta de compañeros humanos, tener tres compañeros
holográficos a elegir de su vasto archivo de personajes literarios. ¿Cuáles
eliges? ¿Por qué?
La mencionada Viuda Negra para que
me salve de los Chitauri. La mencionada Vesper de 007 para que me ayude con las
finanzas, se la veía lista. Audrey Hepburn porque seguro que nos reímos un
montón.
Oferta de
empleo: tienes la posibilidad de trabajar como redactor en el Diario Maravilla,
un periódico que, a diferencia de los demás, no publica noticias sobre lo que
ha pasado, sino que, lo que se publica en él, termina pasando. Esbózanos tres
noticias que te gustaría redactar para este maravilloso medio.
Aquí es donde debería decir eso de
la paz en el mundo, el fin de la pobreza y la erradicación de la enfermedad.
Quedaría muy basto pedir el Mundial de Basket y otra Champions para el Madrid.
Y la resurrección de Mozart, a ver qué compondría tras un periodo de
adaptación.
Según cierta
teoría, todos tenemos un doble exacto en algún lugar del planeta. La asociación
Dobles Sin Fronteras se ha interesado en tu caso, ha hecho unas gestiones, y un
buen día, sin tú saber nada, se presenta tu doble en tu casa. ¿Qué le cuentas?
¿Qué le preguntas?
¿A quién has matado tú? ¿Tú también
la has cagado miles de veces? ¿Eres del Madrid o del Barca? ¿No habrás votado
al PP?
Según otra
teoría, se puede conocer a una persona por el contenido de su bolsa, saco o
cubo de la basura. Nombra a tres personajes famosos que te interesen y dinos
qué crees que encontraríamos en la basura si nos pusiéramos a hurgar.
En la del recién fallecido Botín,
merchandising repetido de Fernando Alonso. En la basura de Rajoy, ejemplares
antiguos del Marca. En la Esperanza Aguirre, multas de tráfico sin abrir.
¿Te podríamos
conocer a ti por el contenido de tu bolsa, saco o cubo de la basura? Sea así o
no, ¿por el contenido de qué otro objeto o lugar te podríamos conocer? Menciona
un par de cosas que habrá allí, que son significativas… pero no digas por qué.
En la mía: hojas de té usadas,
envoltorio de chocolate, corteza de queso curado, plásticos de cds y cartas del
Santander sin abrir. Un lugar: las playas solitarias y algunas
sorprendentemente casi vírgenes del Alentejo. Un segundo lugar, lleno de
objetos: muy obvio, pero el mejor para conocerme: los anaqueles de cds y
libros.
Por fin
sintetizan el elixir de la vida eterna, y de verdad te hace inmortal, suceda lo
que suceda. ¿Lo tomarías? Si la respuesta es afirmativa, dinos en unas cien
palabras qué estás más ansioso por vivir (tienes una eternidad de
posibilidades). Si la respuesta es negativa, di por qué.
De niño me torturaba un pensamiento
recurrente: la vida eterna. Nadie quiere irse, pero como pienses mucho en la
idea, descubrirás que es la tortura más horrible. Por suerte dejé de creer.
Alguien va a
pasar un larguísimo periodo de aislamiento total en el polo y decide llevarse
unos cuantos libros con los que pasar el tiempo, convéncelo en menos de cien
palabras para que uno de esos libros sea “14 maneras de descubrir la lluvia”.
No lo convencería de algo así. Que se lleve Solaris, Ubik, Fahrenheit, la
poesía de Cirlot, las tiras cómicas de Krazy Kat...
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